Tipos de cáncer de piel
Existen diferentes tipos de cáncer de piel que habitualmente se clasifican en dos grandes categorías. La primera, es el melanoma. Este tipo de cáncer supone una categoría en sí mismo y es el que más nos suele preocupar a los dermatólogos por su capacidad de poner en riesgo la vida. Se trata de la “versión maligna” de un lunar, es decir, un cáncer derivado de los melanocitos de la piel, las células que producen el pigmento.
El segundo grupo recibe el nombre de “cáncer de piel no melanoma” donde se engloban el resto, siendo los más frecuentes el carcinoma basocelular y el carcinoma epidermoide. Ambos derivan de las células que forman la estructura de la epidermis, la capa más superficial de la piel y se llaman queratinocitos.
En la mayoría de los casos en nuestro entorno estos dos tipos de carcinoma no tienen un pronóstico fatal, sino que pueden extirparse de la piel, lo que en muchos casos lleva a la curación. Algunos casos agresivos de carcinoma epidermoide (no así el carcinoma basocelular) pueden causar metástasis, lo que complica su pronóstico.
La causa indiscutible de todos estos tipos de tumores, tanto melanoma como no melanoma, es la radiación solar, sobre todo la del espectro del ultravioleta.
Foto: @anapalaciosphoto
En la raza caucásica el carcinoma basocelular es claramente el cáncer de piel más frecuente. Sin embargo, curiosamente en las personas con albinismo africanas se ha visto que el carcinoma epidermoide tiene una incidencia mucho mayor y es el que en último término en la mayoría de las ocasiones acorta la esperanza de vida de estas personas en África.
Los carcinomas epidermoides derivan de unas lesiones cutáneas llamadas queratosis actínicas. Estas se presentan como pequeñas zonas rojizas, rugosas, que muchas veces tienen una escama en su superficie, localizadas en zonas crónicamente expuestas al sol. En nuestro entorno solemos diagnosticarlas alrededor de los 60 años, pero en las personas con albinismo en África pueden aparecer ya desde la infancia.
Las queratosis actínicas pueden parecer lesiones inocentes, que en muchos casos recuerdan a la piel seca. Sin embargo, es importante reconocer su origen y así actuar para prevenir la aparición de un cáncer de piel.
La prevención, el mejor tratamiento
Un porcentaje variable de estas queratosis actínicas que, según las fuentes, está entre el 1 y el 10 % pueden evolucionar a un carcinoma epidermoide. Es por esto que el tratamiento de estas lesiones aparentemente insignificantes es de vital importancia en las personas con albinismo para evitar su progresión a un carcinoma potencialmente letal.
Entre el 1 y el 10 % de las queratosis actínicas pueden evolucionar a un cáncer de piel.
Sin embargo, no olvidemos que ir un paso más allá sería prevenir incluso estas queratosis actínicas promoviendo una protección solar adecuada desde la infancia a través de medidas que incluyen evitar la exposición directa al sol, especialmente en las horas centrales del día, el uso de vestimenta apropiada y el uso de cremas fotoprotectoras de amplio espectro y alto factor de protección solar (FPS).
Dra. Lorea Bagazgoitia
Dermatóloga, co-fundadora y directora médica de Beyond Suncare.