Para muchos niños, la vuelta al cole significa reencontrarse con sus amigos, estrenar cuadernos y descubrir nuevos aprendizajes. Sin embargo, para quienes nacen con albinismo, la escuela representa un escenario lleno de obstáculos. La baja visión, sumada a la falta de recursos y comprensión, convierte un espacio de aprendizaje en un entorno de frustración.
Cómo afecta el albinismo a la visión
El albinismo no se limita a la falta de pigmentación de la piel y el cabello. Una de sus consecuencias más determinantes y menos visibles es la discapacidad visual. La sensibilidad extrema a la luz, la dificultad para enfocar objetos lejanos o los movimientos involuntarios de los ojos hacen que tareas tan simples como leer la pizarra, identificar un rostro a lo lejos o reconocer una señal de tráfico, resulten complicadas.
Mientras sus compañeros copian con rapidez lo escrito por el profesor, un niño o una niña con albinismo puede quedarse rezagado/a, intentando distinguir unas letras borrosas en el fondo brillante de la pizarra.
Crédito: Daniel Losada
El impacto en la educación y la autoestima
La baja visión asociada al albinismo impacta directamente en el desempeño académico de la infancia que vive con esta condición. Las dificultades para leer la pizarra, seguir el ritmo de la clase o acceder a materiales no adaptados generan retrasos en el aprendizaje y una constante sensación de ir “por detrás”. Esta situación no solo limita el desarrollo educativo, sino que también erosiona la autoestima, alimentando sentimientos de frustración, inseguridad y exclusión. A largo plazo, estas barreras influyen en las oportunidades de formación, empleo y autonomía, condicionando su futuro y perpetuando la desigualdad. Garantizar apoyos adecuados desde la escuela es, por tanto, esencial para que cada niño y niña con albinismo pueda aprender, crecer y proyectarse sin límites.
La experiencia de Patty Bonnet, compartida en un testimonio para la Asociación ALBA, ilustra lo que muchos niños viven en silencio:
“A veces voy en transporte público y me resulta imposible ver el número del autobús. En clase ocurría lo mismo con la pizarra: mientras otros copiaban, yo tenía que adivinar qué estaba escrito. Es frustrante, porque sabes que tu capacidad está ahí, pero tu vista no te deja demostrarlo.”
Crédito: Daniel Losada
Soluciones que transforman vidas
En Beyond Suncare sabemos que cuidar de la visión es tan vital como proteger la piel. Por eso trabajamos para que los niños y niñas con albinismo puedan acceder a gafas de sol que alivian la fotofobia, a lupas que les permiten leer de cerca, y a un acompañamiento integral que refuerza su autoestima y les ayuda a desenvolverse en la escuela.
Además, impulsamos la sensibilización en las comunidades educativas para derribar prejuicios y abrir la puerta a una verdadera inclusión. Porque no se trata solo de ver mejor, sino de sentirse vistos y reconocidos.
Crédito: Daniel Losada
Súmate y haz la diferencia
Gracias a la generosidad de nuestros donantes, cientos de niños y niñas con albinismo ya han recibido gafas, cremas solares y apoyo especializado. Pero todavía hay miles que siguen enfrentándose cada día al reto de estudiar sin ver con claridad lo que ocurre a su alrededor.
Con tu apoyo podemos llegar a más escuelas, acompañar a más familias y ofrecer a más niños la posibilidad de aprender en igualdad de condiciones. Cada donación es una inversión en futuro, dignidad y esperanza.
Crédito: Daniel Losada
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